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CAPADOCIA DIA 2: UCHISAR-DEVRENT-ZELVE Y PASABAG

CAPADOCIA DIA 2: UCHISAR-DEVRENT-ZELVE Y PASABAG

Podeis ver el resto de días en nuestro viaje a la Capadocia haciendo click en estos enlaces:

- Capadocia (Museo al aire libre de Goreme y valle de Zeme)
- Capadocia (Valle de Ihlara y Rosa, ciudad subterranea de Derinkuyu)
- Capadocia (Valles de la Capadocia: Rojo, Blanco y de las Palomas)
- Pamukkale 
- Ruinas romanas de Afrodisias


La mejor manera para moverse por la Capadocia es por medio de un coche de alquiler.  El precio es bastante económico.  Lo hicimos a través de circular car hire y nos salio por unos 30 euros al día con seguro a todo riesgo.
Hoy vamos a estar en 4 lugares muy próximos a Göreme.


1.  UCHISAR

Es el pueblo más famoso de Capadocia y se distingue de lejos con su cresta de piedra toba cuyas paredes tienen una centena de cavidades.  Esta ciudadela natural, símbolo de la región, se presenta como un inmenso castillo concebido por un arquitecto un poco surrealista.  Sobre algo más de 20 pisos, una sucesión de capillas, monasterios, celdas y moradas unidas entre ellas por verdaderos laberintos.  Las inclemencias del tiempo han hecho que el conjunto sea aún más fantástico.  El derrumbamiento de una parte de estas paredes ha dejado al descubierto las "entrañas" de esta ciudad fortificada excavada en la piedra.



Subimos a la parte alta del pueblo para llegar a la entrada a la fortificación.  Desgraciadamente el pueblo antiguo conoce un frenesí de nueva construcción de "estilo antiguo", no muy conseguido, que hace peligrar su particular encanto. Finalmente llegamos a la base de la fortaleza (abierta de 8 a 20 horas precio 1,5 euros)


El primer tramo se hace por los pasadizos que recorren las entrañas del peñasco y que comunicaban los diferentes habitáculos.  Pero el peligro de derrumbamiento hace que enseguida abandonemos su fresco interior para ascender por su exterior.


142 escalones para subir a su cumbre que el calor pueden convertir en un calvario.


Pero las vistas que se tienen desde su cima compensan con creces.  El paisaje que tenemos ante nosotros es maravilloso.  La foto no hace justicia ante el laberinto geológico que tenemos ante nosotros.  Un sinfín de chimeneas de hadas, escarpados barrancos se extienden ante nosotros.




2.  VALLE DE DEVRENT

  Es también conocido como Valle de la  Imaginación no tiene iglesias rupestres como otros valles de la Capadocia.  En realidad, nunca fue habitado.
El valle de Devrent revela muchos diferentes formaciones rocosas y está a sólo 10 minutos en coche de Goreme. Las pequeñas chimeneas de hadas en el valle forman un paisaje lunar, por su aspecto extraño. Las extrañas formaciones rocosas adoptan formas originales que se asimilan en algunos casos a la forma de animales como este camello.



Aunque existe una carretera asfaltada que recorre el valle, merece la pena perderse por el laberíntico paisaje admirando estas formaciones.








3.  MUSEO AL AIRE LIBRE DE ZELVE

Abierto de 8 a 19 horas.  (Entrada 4,5 euros).  En la entrada te dan un plano detallado del yacimiento muy útil para encontrar las diferentes iglesias, viviendas, molino... etc, que compone este yacimiento.



Zelve fue, entre los siglos IX y XIII, uno de los centros religiosos más importantes de la Capadocia cristina, incluso se cree que aquí se abrieron los primeros seminarios destinados a formar a los futuros clérigos.  Los ocupantes debieron excavar la roca volcánica para crear sus casas, sus iglesias, sus almacenes.  Poco a poco, los acantilados de estos tres valles han albergado una verdadera ciudad.


 Todas las salas de estas casas troglodíticas eran invisibles desde el exterior.  Las que se ven actualmente en las paredes no son más que restos que han visto la luz a causa de los derrumbamientos.  La roca volcánica formaba un excelente aislamiento térmico natural contra el frío y el calor.  Cuando las familias aumentaban, se excavaban nuevas habitaciones.  Desgraciadamente Zelve ha sido víctima de su éxito:  a raíz de excavarla, la roca se ha desmenuzado; la erosión y los derrumbamientos provocaron la marcha de los últimos habitantes que vivieron en este lugar hasta el año 1952.


La ciudad poseía también una ciudad subterránea que servía de refugio cuando les atacaban.  Sus interminables galerías estaban llenas de trampas destinadas a derrotar al enemigo.  Actualmente el acceso a estos laberintos está prohibido por razones de seguridad.  La mayoría de los monumentos de Zelve amenazan con caer en ruinas, y el acceso está prohibido.


Se han conservado pocos restos de las numerosas iglesias (al contrario que pasaba en Goreme).  NO obstante el paisaje de este valle nos pareció más impresionante que el de Goreme.  Por ello vale la pena recorrer los valles y perderse por los senderos que serpentean entre los perforados acantilados.




En uno de ellos encontramos una más actual mezquita.  Después de la conquista musulmana, con la paz retornada a la región , muchas iglesias rupestres fueron abandonadas y el culto cristiano volvió a realizarse al aire libre.  Los musulmanes entonces tomaron algunas, para transformarlas en mezquitas. 


Esta apropiación de los lugares de culto volvió a ocurrir en la década de 1920 cuando los griegos fueron expulsados.  De este peri9odo es la mezquita de Zelve.


Como veis en la foto es una autentica maravilla perderse por este valle.


Estos que veis, y que encontraremos en muchos sitios de la Capadocia, son palomares decorados con bonitos adornos.


Esta enorme oquedad, a la que no se permite pasar por el riesgo de derrumbamiento era donde estaba el antiguo monasterio.



4. PASABAG (VALLE DE LAS VIÑAS DEL PACHÁ O DE LOS MONJES)

Lo encontraremos por la carretera de Zelve a 3 kilómetros aproximadamente de Avanos.  Su entrada es libre.
Un lugar de visita imprescindible, aunque quizás esté demasiado frecuentado e invadido por puestos de vendedores de souvenirs.



En este valle de las Viñas del Pachá es donde se encuentran las más bellas chimeneas de hada y donde podremos ver mejor su formación geológica.


Antaño,  este sitio se llamaba el valle de los Monjes, ya que estos, para separarse del mundo, establecieron su refugio en la cima de las chimeneas, siguiendo el ejemplo del maestro san Simeón "el Stilita", que vivió en el siglo V en los alrededores de Antioquía.


Los ermitaños de Capadocia no han dudado en excavar la parte dedicada a la conservación de estas chimeneas, bajo el sombrero, a más de 10 metros del suelo.  Sólo bajaban de su perchero para recibir los pocos alimentos que les permitían sobrevivir. 




En una de estas chimeneas de triple capuchón se encuentra una capilla dedicada a San Simeón, coronada por una casa rupestre.  






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