CALAS MITJANA, MITJANETA, TREBULÉGER, FUSTAM Y ESCORXADA.
OTROS REPORTAJES DE MENORCA EN ESTE ENLACE
Visitar las cinco calas combina un día de playas espectaculares con senderismo, ya que el recorrido que haremos nos deja una distancia de 12 kilómetros todo por senderos.
DISTANCIA RECORRIDA 12 KILÓMETROS
DESNIVEL ACUMULADO 200 METROS
Dejaremos el vehículo en el aparcamiento situado en las cercanías de Cala Galdana. Y tras un cómodo descenso por buen camino de kilómetro y medio llegamos a la espectacular Cala Mitjana.
Pequeño arenal de 70 metros situada en un Área Natural de Especial Interés, orientada al sur ideal cuando sople el viento de Tramontana.
Formada por una lengua de arena blanca y fina que se adentra en dirección norte hasta topar con el pinar que rodea completamente la cala. Aunque, en líneas generales, la playa sigue el patrón de las formas de cala-barrancos de la zona del sur, no se trata de una de playa encajonada a la salida de un barranco profundo, sino que la arena se 'acumula entre dos vertientes suaves y poblados de pinares que crecen sobre un terreno con abundantes afloramientos de roca caliza blanca. La inclinación de las laderas va aumentando a medida que nos acercamos a la mar para finalmente convertirse en paredes verticales de arenisca que protegen la playa a ambos lados, y donde se pueden apreciar cortes y otras morfologías que nos muestran la fragilidad erosiva la roca caliza
Tras un chapuzón nos dirigimos a la cercana Cala Mitjanet, esta se encuentra unos metros al oeste de Mitjana
A Mitjaneta se llega a pie por un sendero litoral bien marcado que sale del fondo de la cala Mitjana
Las turquesas aguas de Mitjaneta.
Mitjaneta es una caleta de dimensiones pequeñas un poco más resguardada que la anterior, ya que no tiene salida directa a mar abierto, sino que está orientada el este. Aún así, la playa que se forma es de dimensiones minúsculas (sólo unos dos metros de anchura) e incluso no es raro encontrarla sin nada de arena, sobre todo después de un temporal de sur.
Panorámica desde Mitjaneta.
Continuamos nuestro recorrido en busca de la Cala Trebalúger. Para ello regresamos a Mitjana y tomamos un sendero que sale y asciende en dirección este siguiendo en un principio la linea litoral. Desde un promontorio tenemos unas vistas espectaculares sobre Mitjana y Mitjaneta.
Las aguas turquesas nos maravillan.
A partir de Mitjana la linea de costa se vuelve muy abrupta como vemos en la foto, el sendero deja la costa entrando en terrenos boscosos y algunos campos de cultivo. Se tiene que salvar un desnivel de 60 metros para volver a bajar casi a nivel de mar, en el barranc de Trebalúger.
Alcanzamos la Cala Trebalúger totalmente virgen y con unas dunas muy bien conservadas.
Al distar una hora de cualquier acceso rodado la hace una cala con menor afluencia de gente, por lo que en épocas de afluencia masiva a las calas de Menorca puede ser una buena opción.
Aquí el menda disfrutando como un verderón... que todo no va a ser montaña.
Tras un largo rato disfrutando de este apacible rincón y ya cerca del atardecer nos disponemos a visitar las calas más alejadas de esta zona: Fustam y Escorxada. Así que seguimos por el sendero litoral en dirección este, despidiendonos de la Cala Trebaluger.
Desde un punto elevado vemos sus aguas turquesa y sus arenas blancas. En lugar es increíble.
Una panorámica desde otro punto aún más alto.
Y a los pocos minutos alcanzamos la minúscula Cala Fustam. rodeada por un manto de vegetación que llega hasta el pequeño arenal, originado por un entrante de mar que se abre paso entre acantilados de media altura que resguardan la playa del viento y moderan el oleaje incluso durante los meses estivales.
Como cabría esperar del litoral sur menorquín, las aguas que bañan el arenal se distinguen por su elevada pureza y por las tonalidades turquesa que adoptan, convirtiendo un simple baño en un verdadero placer. Además la lejanía en su acceso la hacen muy poco visitada, un lujo para los meses de verano donde en otras calas hay saturación de bañistas.
Y ya damos vista a la playa más alejada del día. Son casi seis kilómetros de distancia de cualquier punto rodado, por lo que la afluencia es mínima. Sus aguas también turquesas.
Llegamos a última hora de la tarde y ya el sol estaba muy bajo y además soplaba bastante viento así que apenas disfrutamos de ella, quizá quede para otro año el poder estar más rato y pegarse un chapuzón en esta tranquila playa.
OTROS REPORTAJES DE MENORCA EN ESTE ENLACE
Visitar las cinco calas combina un día de playas espectaculares con senderismo, ya que el recorrido que haremos nos deja una distancia de 12 kilómetros todo por senderos.
DISTANCIA RECORRIDA 12 KILÓMETROS
DESNIVEL ACUMULADO 200 METROS
Dejaremos el vehículo en el aparcamiento situado en las cercanías de Cala Galdana. Y tras un cómodo descenso por buen camino de kilómetro y medio llegamos a la espectacular Cala Mitjana.
Pequeño arenal de 70 metros situada en un Área Natural de Especial Interés, orientada al sur ideal cuando sople el viento de Tramontana.
Formada por una lengua de arena blanca y fina que se adentra en dirección norte hasta topar con el pinar que rodea completamente la cala. Aunque, en líneas generales, la playa sigue el patrón de las formas de cala-barrancos de la zona del sur, no se trata de una de playa encajonada a la salida de un barranco profundo, sino que la arena se 'acumula entre dos vertientes suaves y poblados de pinares que crecen sobre un terreno con abundantes afloramientos de roca caliza blanca. La inclinación de las laderas va aumentando a medida que nos acercamos a la mar para finalmente convertirse en paredes verticales de arenisca que protegen la playa a ambos lados, y donde se pueden apreciar cortes y otras morfologías que nos muestran la fragilidad erosiva la roca caliza
Tras un chapuzón nos dirigimos a la cercana Cala Mitjanet, esta se encuentra unos metros al oeste de Mitjana
A Mitjaneta se llega a pie por un sendero litoral bien marcado que sale del fondo de la cala Mitjana
Las turquesas aguas de Mitjaneta.
Mitjaneta es una caleta de dimensiones pequeñas un poco más resguardada que la anterior, ya que no tiene salida directa a mar abierto, sino que está orientada el este. Aún así, la playa que se forma es de dimensiones minúsculas (sólo unos dos metros de anchura) e incluso no es raro encontrarla sin nada de arena, sobre todo después de un temporal de sur.
Panorámica desde Mitjaneta.
Continuamos nuestro recorrido en busca de la Cala Trebalúger. Para ello regresamos a Mitjana y tomamos un sendero que sale y asciende en dirección este siguiendo en un principio la linea litoral. Desde un promontorio tenemos unas vistas espectaculares sobre Mitjana y Mitjaneta.
Las aguas turquesas nos maravillan.
A partir de Mitjana la linea de costa se vuelve muy abrupta como vemos en la foto, el sendero deja la costa entrando en terrenos boscosos y algunos campos de cultivo. Se tiene que salvar un desnivel de 60 metros para volver a bajar casi a nivel de mar, en el barranc de Trebalúger.
Alcanzamos la Cala Trebalúger totalmente virgen y con unas dunas muy bien conservadas.
Al distar una hora de cualquier acceso rodado la hace una cala con menor afluencia de gente, por lo que en épocas de afluencia masiva a las calas de Menorca puede ser una buena opción.
Apenas 150 metros de playa y una arena blanca y fina, hacen de esta cala un lugar completamente paradisiaco.
Aquí el menda disfrutando como un verderón... que todo no va a ser montaña.
Tras un largo rato disfrutando de este apacible rincón y ya cerca del atardecer nos disponemos a visitar las calas más alejadas de esta zona: Fustam y Escorxada. Así que seguimos por el sendero litoral en dirección este, despidiendonos de la Cala Trebaluger.
Desde un punto elevado vemos sus aguas turquesa y sus arenas blancas. En lugar es increíble.
Una panorámica desde otro punto aún más alto.
Y a los pocos minutos alcanzamos la minúscula Cala Fustam. rodeada por un manto de vegetación que llega hasta el pequeño arenal, originado por un entrante de mar que se abre paso entre acantilados de media altura que resguardan la playa del viento y moderan el oleaje incluso durante los meses estivales.
Como cabría esperar del litoral sur menorquín, las aguas que bañan el arenal se distinguen por su elevada pureza y por las tonalidades turquesa que adoptan, convirtiendo un simple baño en un verdadero placer. Además la lejanía en su acceso la hacen muy poco visitada, un lujo para los meses de verano donde en otras calas hay saturación de bañistas.
Y ya damos vista a la playa más alejada del día. Son casi seis kilómetros de distancia de cualquier punto rodado, por lo que la afluencia es mínima. Sus aguas también turquesas.
Llegamos a última hora de la tarde y ya el sol estaba muy bajo y además soplaba bastante viento así que apenas disfrutamos de ella, quizá quede para otro año el poder estar más rato y pegarse un chapuzón en esta tranquila playa.