Hoy toca un día de bastantes horas en coche con el objetivo de llegar a Palenque donde haremos noche y visitar así al día siguiente las ruinas de la Selva Lacandona.
Si vuestra opción es solo tener como base de operaciones San Cristóbal de las Casas deciros que todas las excursiones son con vuelta a San Cristóbal, y la opción que puedes coger es que en lugar de regresar y meterte otra paliza de horas en carretera, donde quedaréis hasta las narices de los famosos topes de las carreteras chiapanecas, es que os dejen en la zona centro de Palenque donde están la mayoría de los hoteles.
Debido a esta cantidad de horas en carretera normalmente se sale a las 5 de la mañana, haciendo una parada para desayunar a medio camino (debéis mirar que la agencia os deje claro si el precio va incluido o no en la excursión).
Tras el desayuno tendremos un tramo de carretera donde han sido muy habituales los atracos a los vehículos en particular a los turistas, por eso el conductor nos indico que si necesitábamos ir al servicio que lo hiciéramos antes, porque en ese tramo de carretera no iba a parar bajo ninguna circunstancia.
CASCADAS DE AGUA AZUL
Nuestra primera parada nos permite recorrer por nuestra cuenta estas bonitas cascadas que se forman en la cuenca del Río Azul
Las aguas tienen ese hermoso color azul turquesa por las sales de carbonatos que llevan disueltas.
El río desciende su lecho calizo en escalones formando una
serie de impresionantes cascadas que crean piscinas naturales contenidas
por diques calcáreos, los llamados “gours” en la terminología
geológica.
Tenemos unos cuantos miradores preparados para disfrutar las cascadas más espectaculares que son las que encontramos en el primer tramo.
La vegetación selvática le da un plus de belleza a estas cascadas. Solo la excesiva proliferación de casetas de vendedores le hacen perder algo el encanto.
Estas cascadas de Agua Azul fueron declaradas
Reserva Natural de la Biosfera en 1980,
Según vamos ascendiendo, nos dan bastante tiempo de margen, las cascadas pierden entidad pero sigue mereciendo la pena.
Superado los saltos más importantes el río se amansa bastante y empezamos a encontrar zonas habilitadas para el baño y con el calor y humedad de la selva, se agradece muchísimo
CASCADA DE MISOL-HA
Nuestra segunda parada será en este salto de agua de 30 metros de altura a unos 20 km de Palenque.
La parada en Misol-Ha es bastante más breve que en Agua Azul, pero de sobra para hacerse un montón de fotos y caminar por detrás del salto de agua.
Hay gente que también se baña aquí pero no nos pareció tan apetecible como Agua Azul. El entorno selvático como veis es espectacular.
Seguimos un sendero lleno de turistas a la izquierda de la poza que nos permite disfrutar de la cascada desde detrás aprovechando las cavidades que ha originado la erosión en la roca.
La verdad es que nos pareció espectacular.
Vistas desde el otro extremo.
RUINAS ARQUEOLÓGICAS DE PALENQUE
Nuestra última parada será en las Ruinas de Palenque, con una parada antes a comer en el restaurante que nos llevó la agencia que fue muy caro y con una comida bastante mediocre, pero no había donde escoger. Claramente en todas las excursiones que contratamos con ellos ese ha sido el único punto negativo.
Las ruinas de Palenque están en medio de una selva
tropical y sus templos y edificios datan de entre el año 400 y el año
700 d.C., aunque no se empezaron a explorar hasta el siglo XIX. El área
descubierta actualmente abarca 2,5 kilómetros cuadrados y se cree que solamente se ha descubierto un 10% de la antigua ciudad. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1987.
Nosotros para visitarlas cogimos uno de los numerosos guías que hay a la entrada y con los que deberás regatear. Personalmente mi consejo es que no son para nada necesarios, nosotros optamos a partir de este momento en todas las visitas hacerlas mucho más despacio e ir consultando internet, así evitas perder el tiempo con vendedores conocidos del guía y visitas para mi innecesarias como la que nos hizo por la selva que hay alrededor de los templos y que hubiéramos preferido dejarla para estar más tiempo visitando las ruinas. De hecho no pudimos subirnos al Palacio ni ver el juego de pelota.
Lo primero que vemos nada más entrar a nuestra derecha es el
Templo de la Calavera.
Nos dirigimos al anexo
Templo de la Reina Roja y que quizá sea el más importante de este conjunto, en cuyo interior se construyó una estructura funeraria.
En el cuarto
central se encontró un sarcófago monolítico, cubierto por una lápida,
con la osamenta de una mujer de alrededor de 40 años, acompañada de un
lujoso ajuar funerario. Se cree que la mujer
enterrada ahí es
Tz’ak-b’u Ajaw, consorte de Pakal II. Al
personaje sepultado en el sarcófago se le ha llamado la Reina Roja por
la gran cantidad de cinabrio (colorante mineral de intenso color rojo)
que cubría su osamenta. A los lados del sarcófago yacían los restos de
los que debieron ser sus acompañantes. La cerámica depositada como
ofrenda indica que la tumba fue construida entre 600 y 700 d.C.
El tercero de los templos que forman este conjunto es el
Templo de las Inscripciones:
Se trata de un templo sobre una pirámide escalonada localizada en el
costado oriental. Tiene este nombre por tres tableros de roca con
inscripciones jeroglíficas, que se encuentran dentro del templo. Los
jeroglíficos detallan la historia de la dinastía regente en la ciudad, y
los hechos de Pakal el Grande. La estructura está decorada con relieves
hechos en estuco. En el interior del templo, una baldosa cubría la
escalinata que descendía dentro de la pirámide, que en dos tramos,
llegaba a la cripta funeraria de Pakal.
Próximo al Templo de las Inscripciones nos encontramos con
EL PALACIO:
Más que un edificio, se trata de un complejo de edificios
interconectados, que fueron construidos, remodelados y modificados a lo
largo de cuatrocientos años, sobre una terraza artificial. Está situado
en la parte central de la zona arqueológica, y su nombre se debe a la
conjunción de patios, crujías y la torre de cuatro cuerpos que lo
caracteriza.
Dirigimos nuestros pasos al
GRUPO DE LAS CRUCES: formado por el Templo de la Cruz, el Templo del Sol, y el Templo de la Cruz Foliada.
Se trata de un conjunto de templos sobre pirámides escalonadas, cada uno
con elaborados relieves en su interior. Los templos conmemoran el
ascenso al trono del señor Chan Bahlum II, tras la muerte de Pacal el
Grande, y muestran al nuevo señor recibiendo la grandeza de manos de su
predecesor.
El
TEMPLO DE LA CRUZ aún conserva la crestería, un muro calado que
coronaba la estructura. En su interior estaba el tablero central (hoy
exhibido en el Museo Nacional de Antropología)
que tiene una representación del monstruo de la tierra, del cual brota
una planta de maíz. Sobre la planta, flanqueada por dos figuras humanas,
se encuentra posada un ave fantástica.
Desde lo alto del Templo de la Cruz vemos el Templo del Sol (izquierda de la foto) y el templo del Maiz.
Vistas hacia el Palacio al fondo con su característica torre de cuatro cuerpos.
Vistas sobre este Conjunto de las Cruces.
Vemos desde lejos El Templo de la Cruz Foliada que ha perdido su fachada, y solo la segunda crujía se conserva completa.
Dejamos los templos porque el guía insistió en guiarnos por la selva, que no digo yo que no fuera interesante, pero la verdad es que nosotros veníamos a ver las ruinas no la selva... en fín lo dicho, no os recomiendo coger un guía.
Terminada la visita ya casi al anochecer nos dejaron en la zona hotelera de Palenque muy cercana a la estación de autobuses, muy importante ya que al día siguiente cogeríamos un bus hacia Campeche.
Junto a la estación tenemos las típicas letras coloridas de muchas ciudades turísticas mejicanas.
Luego de pegarnos un merecido baño nos dirigimos a cenar. Aunque nosotros somos más de comer en la calle en especial en un país como Mejico. Palenque es un sitio con muy poco ambiente y no muy recomendable para pasear. Así que nos decidimos por uno de los restaurantes que se encuentran en la zona hotelera, concretamente el Guachinango Feliz, y la verdad que fue todo un acierto. Grandes raciones y buenos precios.
Salsa de Guacamole
Y este ceviche de camarón que estaba increible.