OYU LA MADRE Y CANTON DE TEXEU DESDE GAMONEO (POR EL CAMÍN DEL PUERTO Y EL CAMÍN DE LA MAEDA)
DISTANCIA TOTAL 16,5 KILÓMETROS
DESNIVEL ACUMULADO 1.150 METROS
MAPA DEL RECORRIDO
Remís y Esprón son los dos núcleos integrados dentro del Gamoneo de Onís. En Remís recibimos la carretera que viene de Demués. Algo más arriba se encuentra el más poblado pueblo de Esprón. Podemos optar por dejar el vehículo aquí o bien subir a los barrios que forman Gamoneo de Cangas para tenerlo más cercano en nuestro regreso.
Nosotros optamos por dejar el vehículo en Gamoneo de Cangas, para ello ascendemos al collau Prao Redondo (550 m.) y tomamos en el mismo collado la carretera que sale a mano derecha al barrio de Los Cuetos (535 m.), aparcaremos junto a la iglesia de Santa María Magdalena cuya construcción se puede situar entre los siglos XV y XVI
Nos dirigimos por carretera hasta Gamoneo de Onis ,al barrio de Esprón (500 m.). A la entrada nos separamos de la carretera, descendemos por el pueblo hacia la derecha y tomamos un ancho camino que se dirige hacia el sur hacia un grupo de cabañas que vemos en la foto.
No cogemos el ramal que pasa junto a la ermita de Santa Marina , sino que seguimos por el superior hacia las cabañas
Un vistazo atrás hacia el barrio de Esprón.
Pasamos las cabañas hasta que muere la pista, dando paso al viejo camino empedrado del puerto.
Este inicia un descenso, entre las murias de los prados y algún invernal
Cruzamos la riega de la Carcava normalmente seca (430 m.). Tras cruzarla avanzamos por un tramo de sendero perfectamente empedrado que en ligero ascenso nos lleva a superar la loma que nos separa de la siguiente riega.
El camino, empedrado en su mayor parte, discurre al resguardo de un bosque de castaños.
Realizamos un nuevo descenso donde el sendero traza un par de revueltas hasta llevarnos a La Cañada, donde sus aguas se cuelan bajo los troncos de un antiguo puente (400 m.)
Pasada la riega de La Cañada se inicia el ascenso hacia la collada Entrepeñas. El camino del puerto se ciega entre la maleza y el barro, aunque tras cruzar un pequeño regato recupera su amplia caja empedrada. Remonta entre un limpio castañar hasta salir a la pista hormigonada (500 m.) que nos llevará ya hasta la collada.
En el ascenso por la pista iremos encontrando varias cabañas en buen estado de conservación. Si nos fijamos hacia el suroeste vemos la accidentada ladera de la sierra del collado Pereu. Por ella discurre el sendero de la Maeda por donde descenderemos en nuestro regreso.
Alcanzamos la collada de Entrepeñas (680 m). Lo mejor es subir el talud que cierra el rellano de la pista, y atravesar la pradera en diagonal. Al otro lado del prado que forma la collada retomamos el viejo camino del puerto.
Al devolar la collada damos vista al valle Cobarallu.
El camino del puerto gana altura paulatinamente por una zona de arbustos en los que dominan los acebos y pronto nos topamos nuevamente con los tramos empedrados que alternan con zonas de mucho barro y profundos cortes del enconchado del camino.
Observamos como por el cordal que cierra la otra vertiente del valle remontaba el Camino de la Reina, hoy reconvertido en amplia pista,
Entramos en una zona de ladera abierta, en pleno flanqueo de la Sierra de Escarandi. Por debajo del camino llama la atención el aislado emplazamiento de Coballos, una pradera cercada en cuyo interior vemos una cabaña en un buen estado aparente.
En este tramo el camín del puerto se encuentra en perfecto estado y bien empedrado.
El camino del puerto prosigue su continuo flanqueo ascendente por las laderas del Cuetu Salgaréu, en su último tramo hasta alcanzar el collado homónimo.
Alcanzamos el collado Salgareu (988 m.)
Desde el collado apreciamos claramente la mole del Cantón del Texeo, hacia su base nos dirigimos, punto donde entroncaremos con la pista que proveniente de Demués muere a los pies del Cantón
Mientras nos dirigimos hacia el Cantón dejamos a nuestras espaldas el valle Llampazas que desemboca en la amplia vega Comeya hacia la que luego descenderemos.
Muy próximas a la pista, unos metros por encima de ella en dirección este, se encuentran dispersas las cabañas que forman la majada de Soñin de Arriba (1.050 m.)
Para llegar al Oyu la Madre lo haremos desde el mencionado punto en el que muere la pista. Aquí giraremos a nuestra izquierda y bajaremos por un marcado valle (valle de Entrerrobles) que desciende en dirección (Este) próximo a los farallones del Cantón.
Descendemos por este valle hasta el punto que vemos en la foto donde existe los restos de una faya seca, situada a una altitud aproximada de 910 metros. Aquí hemos de girar a la derecha subir una mínima llomba y descender por el valle de la derecha. No obstante el sendero (por lo menos en invierno) se muestra bastante evidente.
Situados junto a la faya, miramos la parte inferior del valle de Entrerrobles por donde hemos descendido.
Nos adentramos en una zona boscosa algo embarrada por la que descendemos hasta el fondo del valle del Casaño ya muy próximos a su nacimiento.
Llegamos al Río Casaño.
Lo remontaremos unos metros hasta llegar al Oyu la madre.
Llegamos finalmente al Oyu de la Madre (800 m.), el lugar de nacimiento del río Casaño, cuyas aguas surgen en una cascada que
mana del interior de la tierra a través de unas grietas en la caliza.
En las épocas de lluvia y deshielo, el chorro de agua
En las épocas de lluvia y deshielo, el chorro de agua
es imponente.
Este río se abastece para su nacimiento de múltiples regueros de la zona de Belbín, Espines.... que se sumen en el interior de la tierra formando un lago subterráneo bajo la vega de Belbín
Su cavidad fue explorada por primera vez en el año 1977 por espeleólogos suizos, y son muy pocos los que se adentran en sus dificultosos sifones.
Tras un buen rato disfrutando de este precioso rincón, desandamos nuestros pasos para ascender los 250 metros de desnivel que nos llevan nuevamente hasta los pies del Cantón de Texeu. Otra vez nos situamos en el punto donde finaliza la pista.
Nuestro objetivo será la ascensión al Cantón del Texeu este enorme bloque calizo cortado a pico prácticamente por todas sus vertientes, tan sólo muestra debilidad en su vertiente sur hacia la que nos dirigiremos. Para ello tomaremos el claro camino empedrado que nos lleva al Jorcaín del Cantón y que rodea la peña por su derecha.
Alcanzando el Jorcaín del Cantón (1.075 m.) a nuestras espaldas la vega Comeya
Una vez rodeado el Cantón nos situamos en su base meridional por la que acometeremos su ascensión. Buscaremos una vira diagonal que nos llevara a la zona donde el murallón vertical apenas supone un resalte de poco más de 5 metros.
En la ancha vira diagonal que nos llevará a la última trepada.
Este es el único resalte de poco más de 5 metros que se supera con una sencilla y entretenida trepada.
Una vez superado este corto tramo de trepada se accede la zona alta del Cantón del Texéu con dos cumbres, una al oeste y la principal al este (1.165 m) cuya cima vemos en la foto.
Vistas hacia el sur, donde destacan al fondo las cumbres principales del Cornión.
Hacia el norte a nuestros pies la majada de Soñín de Arriba y separándonos de los desventíos de Peña Ruana la profunda foz del Río Casaño en cuya cabecera se encuentra el Oyu la Madre.
Descendemos nuevamente por la vertiente sur hasta situarnos otra vez en el Jorcaín del Cantón. Desde aquí descenderemos por entre las praderías hacia la parte baja del valle Llampazas en busca de la Vega Comeya,
El Cantón y a su derecha el Colladín o Jorcadín del Cantón desde la parte inferior del valle.
Antes de llegar a la vega Comeya, hemos de atravesar el Llanu Pipón (880 m.) atravesado por los meandros del arroyo que lo cruza.
entre Pipón y la Vega Comeya se encuentra una ínfima elevación con algún fresno y caliza surgiendo entre la verde pradería y en la que se asientan los restos de la majada Comeya
Al oeste de la majada se extiende la hermosa y enorme Vega Comeya.
Comeya es lo que se denomina un poljé: una depresión cerrada de fondo plano recorrida por un arroyo que se sumerge. Es producto de la colmatación de un antiguo lago de origen glaciar. en esta Vega de Comeya existio en la primera mitad del siglo XX una gran actividad minera ya que en ella se lavaba y trataba el mineral extraido en las minas superiores y que se bajaba por El Escaleru. Aquí estaban el lavadero y las balsas de decantación de las aguas utilizadas. Se obtenían maganeso, hierro y hierro maganesífero.
Hemos de fijarnos en un marcado collado situado en el extremo norte de la vega a la derecha de la Porra Uberdón. Se trata del Llano Cantu, hacia donde hemos de dirigirnos. Iremos muy cerca del fondo de la vega evitando hundirnos en las numerosas llamargas que la ocupan. Otra opción es ir a media ladera, pero encontramos muchas cotollas que nos dificultaron el avance.
Un vistazo atrás muy cercanos ya al Llanu Cantu (898 m.)
Una vez en el Llanu Cantu, hemos de cruzar a la vertiente norte del collado donde el paisaje cambia radicalmente. Nos situamos en la quebrada ladera nororiental de la Porra Uberdón que cae casi vertical sobre las riegas de la Carcaba y la Cañada (que hemos cruzado esta mañana en su parte inferior).
Hemos de encontrar el denominado sendero de "La Maeda".Una Maeda es un paso malo para las vacas. Por todos los flancos de esta sierra, cortan escabrosos senderos en busca de buenos pastos para el ganado menor, denominadas maedas.
Este por el que descenderemos fue quizá el más usado y aún a día de hoy, nos comentó un pastor de Gamonedo que sigue usándolo para subir, de forma más directa a los puertos, a vigilar su ganado.
Para intentar encontrar el sendero, una vez traspasado el collado hemos de girar hacia la izquierda (dirección NO) justo por debajo de la cumbre de Uberdón apenas sin ganar ni perder altura, buscando cualquier pequeño vestigio del sendero.
Tras unos primeros instantes en que parece que no existe el antiguo sendero y que no va a ser factible el descenso por estas intrincadas laderas, por fin aparece ante nosotros la traza difuminada del sendero.
Por suerte la hierba está pisada por la nieve que ha caído hace menos de un mes y la traza del sendero ya no tiene pérdida. Como vemos este tramo es un continuo ladeo por la ladera de la Porra Uberdón sin variación de altura.
Tras superar un marcado hombro (820 m) el sendero comienza ya a descender. En este descenso atravesaremos varias riegas casi verticales, en el que la humedad y la roca pulida por el desgaste del agua hace que tengamos que prestar atención al cruzarlas.
El sendero se hace más marcado cuanto más descendemos. Incluso al cruzar la última de las riegas, atravesaremos un pequeño paso armado.
Como curiosidad histórica, la asociación de vecinos Tabardín mencionan lo siguiente:
" El ejército moro, con el general Alkamah al frente, para aplastar la rebelión astur.
En la batalla de Covadonga, las tropas que manda Pelayo causan incalculables bajas al enemigo. Solo la vanguardia consigue romper una salida hacia los Lagos, para luego cruzar el Cares y subir por Amuesa, aunque serían aniquilados por los cántabros en Cosgaya, 'La Liébana'. Pero un nutrido grupo desciende por Las Maedas hacia lo que es hoy Gamonedo, van hacia Demues y justo al cruzar el río Tabardín tropas astures eliminan a la totalidad de las fuerzas musulmanas, causando la muerte del propio general Alkamah."
En el descenso vamos viendo perfectamente el pueblo de Gamoneo, concretamente el barrio de Esprón. Hemos de fijarnos en una llamativa cresta caliza, la Corona del Cantu, porque al collado situado al sur de la cumbre (Collado Pereu) hemos de dirigirnos.
Llegamos al Collado Pereu (678 m.) situado a los pies de la Corona del Cantu. Aquí finaliza el precioso sendero de La Maeda. Desde el collado hemos de descender a la izquierda dirección (Oeste)
Haremos el descenso arrimados a los contrafuertes calizos de la Corona del Cantu hasta que aparezca un marcado sendero que irá rodeando la cumbre por su izquierda, hasta dar a su vertiente norte.
El sendero toma algo de altura hasta situarnos en un hombro que nos devola a la vertiente norte de la cumbre desde donde damos vista a Gamonedo de Cangas, con el barrio de Sogaedo en primer término.
Una vez ya en la vertiente norte hemos de girar hacia la derecha siguiendo con nuestro rodeo a la cumbre. El marcado camino se desdibuja al entrar en una zona de praderías con mucha maleza, donde los innumerables senderos del ganado nos pueden hacer perder su traza.
Hemos de llegar a una portilla de madera que al cruzarla nos dejara a escasos metros de la carretera a la altura del collao Prao Redondo (donde hemos pasado esta mañana) y desde el que nos resta poco más de medio kilómetro hasta llegar al barrio Los Cuetos donde tenemos el vehículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario