Hoy el recorrido nos permitirá conocer dos de los caminos más espectaculares que podemos encontrar en Picos de Europa: La Pasá Picayo, y el Camino de la Peña.
Con respecto a la Pasá Picayo: Tresviso y San Esteban son poblaciones próximas, separadas únicamente por la Sierra de Cocón, de pendiente relativamente suave hacia el S (Tresviso) pero prácticamente vertical hacia el E (desfiladero de la Hermida) y hacia el N (San Esteban). Por esta intrincada orografía discurre el único camino que una ambas poblaciones, antaño muy utilizado por pastores de uno y otro lado, luego casi desaparecido, y recuperado para la actividad montañera y llegado incluso a catalogar como PR.PNPE-29, pero tras unos años, con toda lógica, ha sido descatalogado como P.R. por su peligrosidad (dos personas fallecieron mientras estuvo homologado)
El camino de la Peña por el que bajamos de Tresviso a Urdón, es una zona mucho más sencilla que Picayo, pero no por ello menos hermoso. Dicho camino se creó a mediados del siglo XIX para transportar el cinc proveniente
de las minas de Ándara y llevarlo hasta el río Deva.
Una auténtica obra de ingeniería ,
con muros de sujeción, realizados a mano (armaduras) y en un
emplazamiento inverosímil.
Tener en cuenta que utilizamos dos vehículos para hacerlo en travesía, otra opción es llamar a uno de los numerosos servicios de taxi que encontramos por la zona.
DATOS DEL RECORRIDO
- Inicio del recorrido : San Esteban de Cuñaba (Peñamellera Baja).
- Fin del recorrido: Urdón (Cantabria)
- Fecha de realización de la ruta: Abril 2025
- Distancia total: 12 km
- Desnivel acumulado de subida: 800 m
- Desnivel acumulado de subida: 1.050 m
- ¿Recomendable para niños?: El camino de la Peña si sería posible hacer con niños.
- Dificultad del recorrido: ALTA
- Track: No disponible
MAPA DEL RECORRIDO
Partimos de la plaza de San Esteban de Cuñaba. Tomamos el camino hormigonado que parte de la plaza y que nos lleva en dirección Este entre castaños hasta el mirador del Cueto Bea
Desde el mirador, tenemos una visión perfecta del coqueto pueblo de San Esteban así como el valle sobre el que se encuentra enclavado.
El camino hace un giro hacia el sur y se adentra en un bosque de robles en donde encontramos unáreaa recreativa, ascendemos por encima de ella hacia el cauce del arroyo Robicores que cruzamos y seguimos en dirección Este el sendero que en fuerte ascensión nos introduce en el impresionante bosque de Robicores
El sendero supera una sucesión de colladas y canales ya pegados totalmente a las verticales paredes que caen desde la Sierra del Cocón.
hace un giro al sur y debemos atravesar una pequeña riega
Para superar este punto nos encontraremos con el primer tramo protegido con cable, que utilizaremos para superar una pequeña trepada complicada por la humedad de la caliza, nos encontramos en el Llambrial de las Tejucas
Este paso nos da entrada a la canal de las Tejucas, canal herbosa y muy pindia por la que ascenderemos mediante las numerosas revueltas que traza el pequeño sendero

Ascendemos por un pequeño paso de trepada, también provisto de cable que nos alza a una prominencia rocosa, protegida por una precaria barandilla de los abismos que se precipitan en la parte opuesta hacia la canal de los Obreros.
La Canal termina en un pequeño collado situado a la izquierda de un resalte rocoso.
Desde este collado visualizamos la próxima canal que afrontaremos: La Canal del Infierno, para llegar a ella hemos de perder unos cuantos metros de altitud para bordear un escarpe rocoso.
Un pequeño sedo protegido por otro tramo de cable nos permite superar el resalte rocoso que separa las dos canales.
Acometemos la dura subida por esta pindia Canal del Infierno.
La canal termina en una zona entre dos cuetos característicos
Alcanzamos el Collado de los Cabreros (815 m.) donde damos vista al Deva, el desfiladero que atraviesa y la carretera que por este circula.
El sendero sigue ascendiendo en dirección a una llamativa horcada La Jorcá del Picayo. En la foto la vemos a nuestra espalda.
Un fuerte ascenso en busca de la Pasá Picayo, que se encuentra protegida con unas barandillas de madera.

Tras la zona de barandillas, atravesaremos una zona bastante vertical protegida por cable.
Alcanzamos la Pasá Picayo que nos permite dar vista al valle de Urdón.
Acometemos un fuerte descenso hacia el Tombu Sulabara.
Un vistazo atrás nos da la idea de lo vertical que es todo este terreno y que no permite tener un tropezón.
Atravesamos un saliente rocoso por pasos armados, donde hemos de extremar la precaución, ya que los abismos que se encuentran a nuestros pies son de impresión.
Superado el resalte rocoso nos adentramos en la Canal de Requejo. Bajaremos diagonalmente por la pedrera de esta canal.
Una vez atravesada la pedrera nos echamos a la derecha hacia la base de una pared caliza en la que se encuentran dos oquedades y comenzamos un fuerte ascenso por terreno herboso hacia el Canto Morón (920 m.). Este canto lo tendremos que atravesar por otro tramo muy vertical protegido por un cable.
El sendero pasa un tramo llano por la ladera suroriental de la sierra de Cocón.
Luego llegamos a una nueva zona caliza donde el camino se encuentra más marcado y atravesamos el último paso armado de este recorrido para ascender al Canto las Torcas (975 m.) punto más alto del recorrido
Desde aquí ya solo nos resta un suave descenso hasta Tresviso.
Paramos a comer en Tresviso donde hay un par de establecimientos de hostelería.
Tras la parada nos toca acometer el largo pero espectacular descenso hasta Urdón por el denominado Camino de la Peña.
Dicho camino se creó a mediados del siglo XIX para transportar el cinc proveniente
de las minas de Ándara y llevarlo hasta el río Deva .
Por vía fluvial era conducido hasta Unquera y de ahí,
transportado en barcos a otros países europeos o en tren hasta Santander
para continuar con su distribución.
El transporte se hacía en carros por la parte superior y ya en caballería la inferior.
Al poco de dejar el pueblo llegamos a un mirador donde podremos tener una visión del espectacular descenso que nos resta.
Empiezan las primeras zetas que nos depositan en las ya derruidas cabañas de la Invernal de Prias
Aquí por desgracia empieza a llover con fuerza desluciendo las fotos de estasinnumerabless zetas que nos llevarán hasta el fondo del valle del Río Urdón.
El trazado es una auténtica obra de ingeniería , con muros de sujeción, realizados a mano (armaduras) y en un emplazamiento inverosímil.
Espectacular el tamaño de las armaduras.
El último tramo discurre junto a las esmeraldas aguas del Río Urdon que cruzamos por dos puentes, el primero de ellos de piedra.
3 comentarios:
tan bien explicado como siempre
Un gran reportaje por una orografía muy complicada
Soy Mar
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