CHIAPAS DÍA 3: SAN JUAN CHAMULA Y ZINACANTAN

DÍA 3: SAN JUAN DE CHAMULA Y ZINACANTAN


RESTO DE NUESTRO VIAJE A MÉXICO DE 18 DÍAS  AQUÍ

 

Segunda de las excursiones que contratamos desde San Cristobal de las Casas y que fue la que menos me gustó y la que yo recomendaría hacer por libre.  En Zinacantán no puedes visitar la iglesia más antigua ya que está cerrada por el terremoto sucedido hace unos años, y pierdes mucho tiempo en la típica tienda que tienes que tragar en toda "buena" excursión que se precie.
Lo único que vale la pena es la visita a la curiosa iglesia de San Juan de Chamula, pero como he dicho no creo que suponga mucha dificultad visitar por privado.  No obstante el guía te lo vende como peligroso incluso diciendo que no debes visitar el mercado que hay próximo a la iglesia.  Mi opinión es que seguramente mantienen esa idea para que los nuevos turistas que visiten esta zona no vayan por libre.

Lo primero que visitamos es Zinacantán, vemos la población desde un pequeño mirador y vemos su principal actividad, la floricultura:  El cultivo de rosas, crisantemos, claveles y otras variedades de flores que se cultivan a través de invernaderos le ha permitido a este municipio ser catalogado como la capital de las flores.



 La iglesia principal de Zinacantan es la de San Lorenzo en el centro de la villa, pero debido al reciente terremoto, la agencia por seguridad no permite entrar en ella, así que nos tuvimos con visitar esta de San Sebastián más moderna y con muy poca actividad por lo menos cuando nosotros llegamos.



La iglesia en si tiene poco encanto.



Y como veis, no había ni un alma.



Y tocó la visita a la tienda de turno, de textiles donde nos hicieron vestirnos con los trajes zinacatecos y probar mezcal.



También una degustación de tacos



Y nos dirigimos a San Juan de Chamula donde fuimos directamente a la iglesia principal, donde si que vimos un increíble ambiente en sus alrededores.
MUCHO OJO CON LAS FOTOS, en el interior de la iglesia están totalmente prohibidas y por fuera están permitidas pero respetando mucho a los locales.



Las mujeres, todas vestidas con La Nagua:  falda de lana negra de la indumentaria chamula, y los hombres con el Chuj (chaleco de lana blanca). Las dos vestimentas se confeccionan con lana de oveja.
Los indígenas tzotziles crían ovejas exclusivamente para obtener su pelaje y convertirlo en bellas prendas típicas, pues las consideran animales sagrados, es por ello que los indígenas tzotziles de Chamula son los únicos de Chiapas que se dedican a la crianza de ovejas exclusivamente para aprovechar la lana. El borrego en San Juan Chamula no se sacrifica ni se consume como alimento como sucede en otros lugares del país, pues es sagrado para sus habitantes.




Los trajes que se usan en las festividades y ceremonias tradicionales pueden alcanzar un precio de entre 15.000 y 20.000 pesos (752 y 1.002 dólares) cada prenda.No es para menos el precio debido a que el proceso de elaboración es muy costoso



El interior es difícil de definir con palabras, una experiencia única de ritos ancestrales y de un ambiente místico que pocas veces podrás ver en tu vida. El suelo está cubierto de hojas de pino y velas que parecen iluminar y quemar todo. Vale la pena estar un buen rato, siempre respetando su intimidad, y observar los ritos que dentro se celebran.  Aquí no hay sacerdotes católicos y es que los chamulas, aunque fueron eventualmente dominados por las encomiendas españolas, pero la conquista espiritual no surtió efecto. Aquí el catolicismo tuvo que dar su brazo a torcer frente a la religión maya, donde predomina el culto a las fuerzas de la naturaleza, a los animales y a los astros.
Hay que dejarse atrás los prejuicios porque podemos encontrarnos con sacrificios de animales para ser utilizado por el chamán para pasarlo  por el cuerpo de una persona enferma y de esta manera curarle los males del alma.



Algo muy llamativo en el interior es el uso de la Coca-Cola en los ritos: Esta bebida ha conseguido convertirse en sagrada   forma parte de sus ritos religiosos, donde se venera a santos y vírgenes cristianas bajo ceremonias mayas en las que incluso se practica el chamanismo dentro de la misma iglesia de la población. La Coca-Cola forma parte de las ofrendas. La bebida estadounidense es hoy de la vida de esta comunidad. Todo trato religioso, cívico o comercial, lleva aparejada la entrega y bebida de cocacolas.



Esta excursión finaliza pronto y a mediodía estamos en San Cristobal así que aprovechamos la tarde para visitar la ciudad.
Comenzamos en la Plaza la Paz con la Catedral de San Cristobal que como la mayoría de iglesias en Chiapas, se encuentra cerrada por los efectos del terremoto del año 2017



Nos paramos a tomar una cerveza a uno de los bonitos locales de San Cristobal, en este caso en el Café Bar Revolución decorado para la causa.




En el extremo norte del centro de San Cristobal encontramos la más bonita de las iglesias de San Cristobal:  El templo y ex-convento de Santo Domingo con su espectacular fachada.

Lastima que esté también cerrada y por fuera totalmente sitiada por los tenderetes del mercado.



Edificio del Museo de San Cristobal.



Andador Miguel Hidalgo, una de las calles más comerciales y turísticas de San Cristobal.



Llega la hora de comer y paramos para comer unos tacos un poco peculiares, no apto para todos los públicos.  la verdad es que estaban muy buenos y a muy buen precio.



Llega el postre y para eso recorremos el Mercado de Dulces y Artesanía, donde nuestros ojos se van detrás de tanta chuchería.



Visitamos el andador de Guadalupe, la calle más comercial de San Cristobal y nos disponemos a probar uno de los cafés que tan buena fama tienen en Chiapas.  En concreto lo probamos en el Yik Café, y la verdad es que estaba exquisito.



Llega la noche y aprovechamos para visitar el Museo del Ambar ubicado donde anteriormente fue convento de La Merced, desde 1536 hasta 1546. Durante la segunda mitad del siglo XIX el convento paso a ser un cuartel militar, y en 1963 se convirtió en cárcel. En 1996 se creó un patronato para la reconstrucción del mismo.







Y para cenar nos dirigimos a un restaurante muy cerca del museo.   No os pongo el restaurante porque no nos pareció demasiado destacable.  Pero si aprovechamos para beber una de las bebidas clásicas de Chiapas:  El Tascalate maíz, azúcar, canela, cacao y un toque de achiote



Luego probamos los tamales de chipilín que son típicos de San Cristobal:  El chipilín es una planta silvestre que crece en lugares tropicales del estado, su uso realza el sabor y el toque de los tamales chiapanecos


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