Diario de viaje: Indonesia & Kuala Lumpur
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🛕 Yogyakarta – Día 2: El majestuoso templo de Borobudur
Para visitar Borobudur, optamos por lo cómodo: el mismo conductor de Grab que nos llevó ayer a Prambanan nos ofreció llevarnos hasta el templo, esperarnos y devolvernos al hotel. El precio fue el habitual que ofrecen muchos conductores y agencias, unas 450.000 rupias (unos 26-27 €), solo por el transporte. No salió más barato que en otros sitios, pero lo hicimos por comodidad.
🎟️ Entradas y acceso
Las entradas se pueden comprar online, y conviene hacerlo en temporada alta porque los horarios son estrictos y se agotan. Existen dos tipos principales:
- Ground Ticket: acceso al recinto exterior y la base del templo.
- Climb Up Ticket: incluye también la subida al monumento. Es algo más caro (unos 455.000 rupias) pero, sin duda, el más recomendable.
👉 Aquí puedes comprar las entradas en la web oficial: ticket.borobudurpark.com.
Nosotros elegimos el horario de las 9:30 de la mañana. Ya no es posible ver el amanecer desde el templo (se hace desde un lugar cercano).
Una vez allí, la organización es bastante buena: un tren eléctrico te acerca a la entrada, te entregan sandalias especiales, una botella de agua y una bolsa de tela, y cada grupo entra acompañado de un guía oficial.
🏯 El templo de Borobudur
Borobudur es el mayor templo budista del mundo y uno de los grandes símbolos culturales de Indonesia. Fue construido en el siglo IX por la dinastía Sailendra, en pleno auge del budismo mahayana en la isla de Java. En el siglo XIV cayó en desuso con la expansión del islam y permaneció oculto durante siglos bajo la selva y las cenizas volcánicas, hasta que fue redescubierto en el XIX por los colonizadores holandeses.
El templo está diseñado como una representación del cosmos budista. Se estructura en tres niveles que simbolizan el camino hacia la iluminación:
- Kāmadhātu (mundo de los deseos): la base del templo, que representa la vida terrenal dominada por pasiones y deseos. Aquí se encuentran relieves que muestran escenas de la vida cotidiana y consecuencias del karma.
- Rūpadhātu (mundo de las formas): las cuatro galerías cuadradas intermedias, adornadas con miles de relieves que narran la vida de Buda y las enseñanzas del Sutra Lalitavistara. En este nivel también aparecen numerosas estatuas de Buda en distintas posturas de meditación.
- Arūpadhātu (mundo sin forma): las tres terrazas circulares superiores, más abstractas, donde se encuentran 72 estupas perforadas con estatuas de Buda en su interior, que simbolizan la perfección espiritual y el vacío.
En total, Borobudur alberga más de 500 estatuas de Buda y alrededor de 2.600 paneles en relieve. Cada detalle del monumento tiene un fuerte contenido simbólico: desde las posiciones de las manos de Buda (mudras) hasta la disposición de las estupas, que evocan la mandala budista, un diagrama espiritual del universo.
Subir a la cima de Borobudur no es solo una experiencia arquitectónica, sino también un viaje espiritual: el visitante avanza desde la base terrenal hasta el nivel más alto, abierto y circular, que representa la iluminación. Allí, en lo alto, la vista de los volcanes y la selva refuerza la sensación de trascendencia.
Por todo ello, no sorprende que Borobudur sea Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y uno de los lugares de peregrinación budista más importantes del planeta. Incluso hoy en día, cada Vesak (día del nacimiento, iluminación y muerte de Buda), miles de peregrinos acuden al templo para celebrar ceremonias en este enclave único.
🚶♂️ La salida del templo
Mientras que al comienzo de la visita te acercan en vehículo eléctrico hasta la entrada del templo, la salida es diferente: hay que caminar más de un kilómetro hasta llegar a la zona de parking, a no ser que pagues por un transporte adicional. En nuestro caso no nos importó porque el camino discurre bajo la sombra y resulta agradable, pero puede ser pesado para quien no quiera andar esa distancia.
Lo peor, sin embargo, es la caótica organización del parking. El recorrido de salida obliga a atravesar una auténtica maraña de puestos de souvenirs, con señales falsas de “Exit” que te hacen dar vueltas, entrar en callejones y pasar una y otra vez por diferentes tiendas. Al final, para encontrar la salida real, lo más recomendable es preguntar directamente a personal del templo. Nos pareció un detalle feo e incluso vergonzoso que se permita este tipo de prácticas en un lugar de tal relevancia.
✨ Fin del día y paseo mochilero
Regresamos para el mediodía a nuestro hotel. Y poco más hicimos en este día aparte de descansar, ya que mañana comienza nuestro tour de tres días que nos llevará a los volcanes de Bromo e Ijen y finaliza en la isla de Bali, concretamente en Ubud.
La calle Malioboro, con su gran ambiente local, ya la habíamos recorrido la noche anterior.
Así que, buscando algo diferente, quisimos conocer una zona más mochilera de Yogyakarta y nos fuimos a Prawirotaman Street, una de las más famosas entre mochileros, llena de cafés, hostales económicos, tiendas alternativas y ambiente relajado. Prawirotaman es una calle ideal para pasear, para cenar algo diferente o simplemente tomar algo mientras observas el ambiente. Estuvimos allí paseando por las tiendas, comiendo algo más occidental.
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